MUJERES INSPIRADORAS

Una historia que viene de lejos

photo Lucie Lepine

Par Lucie Lépine

MUJERES INSPIRADORAS

30 junio 2021

La creación de Eva, detalle de los mosaicos de la Capilla Palatina de Palermo, siglo XI, foto de Jean-Pierre Dalbéra.

En cuanto a la falta de espacio para las mujeres en nuestra Iglesia, creo que dentro de nuestra tradición cristiana, los textos bíblicos han sido malinterpretados debido a la falta de formación en exégesis bíblica de nuestros pastores, y debido al contexto patriarcal.

En mis redes de participación, entré en contacto con grupos feministas que eran dolorosamente conscientes del hecho de que las mujeres son tan poco reconocidas en la sociedad y en la Iglesia. Así que, junto con otras mujeres, me propuse releer los textos bíblicos pertinentes y, en particular, los relatos de la Creación. El comienzo del libro del Génesis presenta dos relatos sucesivos de la creación (Gn 1 – 2: 4a y 2:4b-25).

 

Varón y hembra los creó

 

Dentro de la primera narración, dice esto:

 

1,27 Creó, pues, Dios al humano a imagen suya,

a imagen de Dios lo creó,

varón y hembra los creó.

 

En este texto, la palabra hebrea adam es un sustantivo genérico y colectivo, no un nombre propio. Obsérvense también los dos pronombres de las líneas 2 y 3: Dios crea un ser humano, pero crea dos. En el ser humano así formado, dos realidades están así indisolublemente asociadas, con un objetivo preciso en mente:

 

1,28 Y los bendijo Dios y les dijo:

Sean fecundos y numerosos.

 

Al no querer tener que crear seres humanos todos los días, Dios renuncia a parte de sus poderes y crea seres humanos a su imagen, confiándoles, mediante su bendición, la responsabilidad de crear vida a su vez. Para ello, son dos entidades que participan del poder creador.

 

Creada a partir de una costilla

 

En la segunda narración, la mujer es extraída de la costilla de Adán:

 

2,22 Y Yhwh Dios hizo una mujer de la costilla que había tomado del humano,

y se la presentó al humano.

 

Es evidente que una imagen así no tiene nada que ver con una misteriosa operación quirúrgica. Está tomada de un relato que pretende ilustrar el misterio de los orígenes, con el fin de obtener enseñanzas para la vida. Perdido el secreto de la lectura de los relatos antiguos, hace tiempo que se deduce de este versículo que la mujer es sólo una ayudante, creada secundariamente.

Sin embargo, es una forma de valorarla, excluyéndola de la masa de animales que acabamos de mencionar: éstos, en efecto, fueron modelados a partir de la tierra (v. 19), mientras que la mujer se sitúa directamente del lado del humano, es de la misma carne que él. Por eso -como si Dios, “esta vez” por fin, no hubiera perdido su oportunidad- el humano lanza un grito de éxtasis cuando ve aparecer a la mujer:

 

2,23 Esta vez, este es el hueso de mi hueso,

la carne de mi carne.

 

¿No decimos hoy “estar uno al lado del otro” para expresar igualdad? Por eso, para nombrar a su esposa, el hombre – ish, en hebreo – pone su propio nombre en femenino – ishshah. Entonces deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, porque la unión conyugal va más allá de la unión de clan. Esta unidad, esta solidaridad entre el hombre y la mujer es el verdadero sentido de la historia.

 

Responder a las preguntas de la condición humana

 

Sin embargo, no hay que imaginar que la Biblia es un libro feminista. Es impensable. La búsqueda de la igualdad de género no es una preocupación para los narradores bíblicos. Evidentemente, el autor de los relatos de la creación busca responder a las eternas preguntas de la condición humana. ¿Por qué muere el ser humano? ¿Por qué debe trabajar con dolor? ¿Por qué la mujer debe dar a luz con dolor? ¿Por qué el hombre domina a la mujer? Al igual que nosotros hoy, la gente de entonces se preguntaba por los orígenes. Intentaban encontrar una respuesta en el contexto cultural de su época, utilizando las imágenes disponibles.

A menudo se han sacado conclusiones precipitadas de estos textos. La mujer procede del hombre y, por tanto, es inferior, sumisa y subordinada. ¿Debemos continuar con esta lógica y decir que la arcilla de la que está hecho el hombre es superior a él? O, por el contrario, según la experiencia común, ¿no viene la persona más importante al final de una procesión?

Estos relatos no son la última palabra de la revelación. Por tanto, sería muy torpe transponer su contexto al mundo actual. Los antiguos hicieron todo lo posible por comprenderse a sí mismos e interpretar la vida. Sus escritos nos aportan sus descubrimientos, encomendándonos la tarea de encontrar nuestras propias respuestas a preguntas que nunca tendrán fin. Una tarea que sólo puede hacerse con los otros.

 

ACERCA DE LUCIE LÉPINE

Luego de una carrrera en educación primaria y secundaria, Lucie trabajó con grupos comunitarios como el Centro Familiar Hochelaga y asociaciones cristianas como el Centro de pastoral en medio obrero, la Conferencia religiosa canadiense y la Fundacion de la juventud obrera, entre otros. Lucie ha cursado el programa en Estudios bíblicos en la Universidad de Montreal y ama la vitalidad cultural de Montreal.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

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