Foto por Jackson David / Unsplash
Me uno al cardenal Lavigerie, fundador de los Padres Blancos. Cuando llegó a Argelia, le preguntaron quién era y su respuesta fue: “Soy discípulo de un Maestro crucificado que nunca pudo ser encerrado en una tumba”.
Las desigualdades sociales surgen en todas partes. En este sentido, no hay lugar para la tibieza en la vida de los que tienen fe y adhieren al Evangelio. Este “Maestro crucificado” es un ejemplo de valentía ante las contradicciones y la persecución. Sus apóstoles y discípulos, después de haber huido de los peligros, excepto María, de la que tenían miedo, mostraron un gran entusiasmo al anunciar la Resurrección de Jesús después de la Ascensión y Pentecostés. Impulsados por la amistad y la confianza, arriesgaron sus vidas para anunciar el Evangelio.
Danos el poder de vivir como resucitados en este tiempo de Pascua.
Déjanos ver cómo subes al cielo en este Día de la Ascensión.
Eusebio Enrique Ménard (1981)
Por eso, sólo la fe permitirá a los discípulos reconocer y encontrarse con el Resucitado, vencedor de la muerte y de la incredulidad. A este respecto, Pablo, en su primera carta a los Corintios, afirmó sin rodeos: “Si Cristo no ha resucitado, nuestra fe es vana”. Lo que Pablo [1 Cor. 15] intentó decir en este texto es que el cuerpo resucitado no tiene nada que ver con nuestro propio cuerpo mortal y material. Para facilitar la comprensión, la dimensión material se ha ido añadiendo a lo largo del tiempo para satisfacer las necesidades catequéticas. Porque si resucitamos con un cuerpo, nos preguntamos, ¿qué forma tendrá ese cuerpo?
Si tenemos en cuenta el género literario del Evangelio, vemos que la fe se expresa en el “yo”. Lo importante para mí es que mis intuiciones confirmen que Jesucristo está vivo. Hay suficientes eventos en el origen para alimentar mi fe y desarrollar una profunda conexión personal con la persona de Jesús, mi amigo.
Su Padre nos ha revelado el misterio de nuestra salvación al enviarnos a su Hijo. Con su muerte como hombre, con sus palabras y con su divina resurrección, nos ilumina para siempre. En el alma y la carne de Cristo, lo divino y lo humano se unen para siempre. Y si amo a su Padre y a mi prójimo, su creación, me mantengo eternamente unido a él como amigo, no como siervo.
Entonces, ¿dónde estoy en mi relación con Jesús? ¿Al menos, comparto su confianza?
ACERCA DE DENIS GAUTHIER
Empresario, exjesuita y de ascendencia amerindia, herencia de la que se siente especialmente orgulloso, Denis es un universo en sí mismo. Un universo que explora con paciencia y determinación, sembrando las semillas de proyectos movilizadores y amistades leales. Amante de la naturaleza y apasionado del ser humano, sabe convencer y destaca en el arte de rodearse de personas motivadas y creativas que le apoyan y siguen.
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