ARTÍCULOS

Tiempo de actuar

Photo Pierre Farah Lajoie

Par Pierre Farah-Lajoie

ARTÍCULOS

7 diciembre 2022

Foto por Matthieu Da Cruz / Unsplash

La acción es la antítesis de la inmovilidad. Cuando no nos movemos, ¿hay algo que nos paraliza? ¿El miedo, la pereza, el abandono de nuestros principios, de nuestros valores?

A veces nos escondemos detrás de una pantalla imaginaria para evitar enfrentarnos a las dificultades que la vida tiene periódicamente, como las olas del mar que siguen volviendo, según las mareas y los vientos.

Todas estas olas son portadoras de lecciones. Uno tiene la opción de aprender o de bajar los ojos y la cabeza, como un condenado que sabe que va a morir. ¿Estamos condenados? Seguramente no, a menos que aceptemos convertirnos en uno. Nuestro único delito es haber dejado a los demás o a la vida la responsabilidad de nuestro propio destino, nuestra barca, con la que tenemos que navegar por este mar que es la existencia y afrontar los riesgos que nos harán evolucionar.

 

Soltar las amarras

 

Tenemos que evolucionar, soltar las amarras para salir de nuestro puerto. Sin embargo, mientras navegamos no podemos ver el destino, eso no está a nuestro alcance inmediato. Para algunos, aprender a navegar es su “misión vital”. Otros confían en la vida y creen que este viaje terrenal estará lleno de oportunidades y sorpresas, tanto agradables como desagradables. Sin embargo, saben que, decidan lo que decidan, la vida les llevará a donde tengan que ir.

Por último, están los que temen, los que critican, los que rechazan cualquier cambio. No ven que están navegando en un océano; el único poder que realmente tienen es ceder el control de su barco. No aprecian la presencia de otros viajeros en ese océano, ya sean familiares o amigos.

De hecho, todas estas personas tienen su propio barco. Juntos podemos compartir dulces momentos. Cada momento de alegría contribuye a nuestra felicidad. Cuanto más abramos nuestro corazón y nuestra mente para apreciar cada momento, más felices seremos.

Nuestros pensamientos nos impulsan regularmente a cambiar nuestra vida, a actuar, a tomar decisiones. Cuando estas señales son cada vez más potentes, es el momento de actuar. No hay decisiones malas si las tomamos libremente, sin dejarnos influir por el miedo, el orgullo o el poder.

Si actúamos con amor incondicional hacia los demás, siempre tomaremos las decisiones correctas, aunque algunas personas se sientan ofendidas. No se sentirán ofendidos por ti, sino por tus acciones, que no son las que ellos hubieran esperado.

Así que, ¡hagámoslo! Confiemos en nosotros mismos. Es el momento de actuar, de tomar decisiones. No nos quedemos quietos, soltemos nuestras amarras, salgamos de nuestros puertos y naveguemos por el océano de la vida hacia un nuevo continente.

 

ACERCA DE PIERRE FARAH-LAJOIE

Apasionado del desarrollo empresarial, Pierre ha trabajado en más de 50 países en empresas de todos los tamaños. Licenciado en ingeniería industrial y con un máster en investigación operativa por la École Polytechnique de Montréal, él es un líder que sabe motivar a sus colaboradores para que den lo mejor de sí mismos. Su entusiasmo y franqueza en cuanto a su visión de la espiritualidad y la vida no dejan a nadie indiferente.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Père-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

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