Brigitte es abogada y teóloga. En entrevista, nos habla de lo que alimenta su fe a diario y de sus reflexiones sobre el matrimonio, del que la Iglesia ha especificado a menudo las prohibiciones que conlleva, utilizando un vocabulario a menudo jurídico, en lugar de presentar la cuestión de la pareja humana como fuente de esperanza.

Licenciada en Derecho por la Universidad McGill de Montreal, Brigitte trabajó durante varios años en el mundo empresarial. En 1988, realizó un máster en Teología en el Colegio Universitario Dominicano de Ottawa y en su tesis abordó dos textos del Nuevo Testamento que trataban sobre el matrimonio, una institución tan antigua como la propia humanidad, y que le planteaba un problema.

En primer lugar, porque en Marcos 10, está escrito: ‘Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre’. Esta frase tan dura me pareció disonante en boca de Jesús, un hombre compasivo y bondadoso.

Brigitte Quintal

Por otra parte, el capítulo 5 de la Carta a los Efesios dice: “Esposas, estad sujetas a vuestros maridos”. Brigitte dedicó su investigación a descubrir, utilizando las fuentes y las herramientas de la exégesis contemporánea, lo que realmente significaban estos dos textos.

Y de hecho, en ambos casos, se puede argumentar que las traducciones a veces han traicionado el significado en lugar de traducirlo fielmente. En 2016, publicó su tesis doctoral bajo el título Una sola carne : el misterio de la unidad recuperada, con las Éditions du Net.

Guardar silencio para estar en presencia de Dios

La teología le ha dado mucho y fueron sus maestros dominicos quienes le enseñaron a aprehender el misterio de Dios, “pero nunca desligado de la contemplación”. Esta contemplación permite a la persona que la practica “vivir su vida cotidiana, pero bajo la mirada de Dios”.

Y añade: “Guardas silencio para ponerte en presencia de Dios y contemplarlo. Es como una mirada, una mirada de fe, una mirada que se aleja de uno mismo y se vuelve hacia Él.” Esta inmersión en la reflexión teológica le permitió recuperar su fe de tal manera que pudo sacar la fuerza necesaria para sobrevivir a la pérdida de Antoine, su hijo de tres años.

Tener fe no es anestesiarse ante los sufrimientos de la vida. Reconoce haber gritado a Dios, preguntándole por qué, como Cristo gritó a su Padre en la cruz: “¿Por qué me has abandonado?” Pero en medio de esta terrible agitación, había una paz en su corazón que venía de otra parte, como el fondo del mar que permanece en calma a pesar de las turbulentas olas de la tormenta en la superficie.

Brigitte Quintal

El Peregrino

Brigitte Quintal llegó “casi por casualidad” al Centro El Peregrino. Primero voluntaria y luego consultora, desde el 1 de octubre de 2017 es la subdirectora del Centro, apoyando a Stéfan Thériault, quien es el director. Esta organización nació a finales de los años 90 en el Sínodo de Montreal, cuando los participantes expresaron una gran necesidad de orientación espiritual. Los sacerdotes tenían mucho que hacer en las parroquias, con la administración de los sacramentos, los servicios litúrgicos y las tareas administrativas, y no tenían tiempo para asegurar un seguimiento individual y personalizado de los feligreses.

Varios miembros de las comunidades religiosas y los laicos se unieron para crear un programa de cuatro años, que conduce a la obtención de un certificado universitario impartido en colaboración con el Instituto Dominicano de Pastoral. Desde su fundación en 2001, el Centro El Peregrino forma a los orientadores y también acompaña espiritualmente a “toda persona en búsqueda de sí misma, en búsqueda de Dios, en búsqueda de sentido“.

Una Iglesia renovada en Quebec

Sin dejar de ser realista, Brigitte sueña con el futuro de nuestra Iglesia en Quebec. “Está en un punto de inflexión, y creo que nuestro mayor reto es ser capaces de reconocer las chispas pequeñas, humildes y modestas, pero que dan vida. Creo que El Peregrino es una de ellas.”

También da el ejemplo del Instituto de Pastoral que se encuentra en Côte-Sainte-Catherine, dirigido por los dominicos. “Son estas pequeñas chispas, y seguramente hay otras que no conozco, la luz bajo el celemín, este grano de mostaza que quizás se convierta en un gran árbol. Son también, quizás, los fundamentos del futuro de una Iglesia que estará más cerca de la gente, que no juzgará desde su balcón, sino que entrará en un verdadero diálogo con el mundo.”

ACERCA DE RENÉE THIVIERGE

Periodista, escritora, traductora y dramaturga, Renée siempre se ha interesado por la filosofía y la espiritualidad. La belleza y la humanidad son sus mayores fuentes de inspiración y cree apasionadamente en el poder de las palabras para superar y teñir de poesía los límites de un mundo a menudo superficial y mediático.

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