Foto tomada por: Arron Choi / Unsplash

[Mateo 10:23] Si los persiguen en una ciudad, huyan a otra. Confíen en mí, no habrán terminado con las ciudades de Israel que el Humano habrá llegado.

El concepto de “el humano” (literalmente: “Hijo del hombre”) era muy importante para Jesús. Era la personificación (1) de una importante prerrogativa de Dios, la de decidir sobre la autenticidad de las cosas y los humanos (el “Juicio”).

Ciertamente, en la Historia, el sistema (una combinación de las fuerzas del Imperio Romano, por un lado, y el poder del sumo sacerdote y el Sanedrín, instalados en Jerusalén, por el otro) podía hacer lo que quisiera frente a un pequeño carpintero de pueblo sin importancia. Jesús era muy consciente de esto, y tenía en mente el destino de Juan el Bautista, su maestro, quien lo había llamado a hacer algo más con su vida que cepillar madera en Nazaret.

Él, un carpintero analfabeto, ciertamente no era lo suficientemente grande como para ser escuchado por los grandes y sabios, quienes podían hacer con él lo que quisieran. Al final, sin embargo, veremos quién vivió o no en la línea del Sentido. Mientras los adversarios de Jesús, que tenían de su lado poder y conocimiento, interpretaban la vida a partir del pasado y de las Escrituras, el Nazareno, por su lado, cuyo discurso no podía ser respaldado por ningún diploma, se refería al futuro, al régimen de Dios y al juicio del Humano. Éste último permitirá que cualquiera que siga el camino de la vida pueda entrar en el régimen de Dios, y bloqueará la entrada a los demás. Esa era la fe y la esperanza de Jesús.

La venida del Humano

Como vemos en los evangelios, el concepto del Humano también aparece en la experiencia de los seguidores de Jesús. Debido a que se pusieron contra el sistema, ellos también fueron perseguidos, pero no tendrían que ser mártires. La sabiduría les pide huir lejos. Sin embargo, no tendrán que hacerlo indefinidamente ya que la llegada del Humano es inminente. Y este último les dará la razón. La palabra muestra la distancia que ha crecido entre el sistema y los seguidores de Jesús que confiaron en éste. Ellos están en estado de crisis y necesitan ser tranquilizados.

Frente a este texto, se debe tener un gran discernimiento. Tenemos que ver haste que punto estamos llamados a cavar, o no, la distancia entre nosotros y el mundo que nos rodea (trabajo, vecindario, amistades, familia, Iglesia …). Tenemos que discernir qué tipo de acciones corresponden a nuestra personalidad, qué lazos queremos construir con los demás, cuánta incertidumbre podemos llevar serenamente, mientras somos conscientes de nuestra fragilidad y de la posibilidad de estar equivocados.

La fuerza de la vida interior, con la paz y la serenidad que convella, es una condición esencial para vivir en tensión en un mundo desorientado. Si nuestras acciones nos derrotan, si nos volvemos cínicos, si perdemos la esperanza, es una señal de alama. Pablo lo había entendido bien, pues en su primera carta a los Tesalonicenses los felicitó por haber aceptado la Palabra “entre muchos sufrimientos, con la gracia del Santo Aliento”.

Cuando logremos ser más humanos en un mundo deshumanizado, hay que estar orgullosos y felices.

Nota:
1) En ese tiempo, se tendía a personificar diferentes aspectos de la acción de Dios en el mundo humano o cósmico: Palabra (capacidad de entrar en diálogo con los humanos), Satanás (capacidad de escrutar la intimidad humana y para probar la autenticidad de todos y cada uno), Aliento (o Espíritu: capacidad de intervenir en la Historia), Sabiduría (inteligencia creativa), Voluntad (o Deseo: capacidad de desafiar a los humanos). Cada uno de estos conceptos designaba a un actor autónomo, dejando a Dios en su misterio y su espacio sagrado, sin que éste se contaminase por el contacto cercano con la desafortunada realidad humana.

ACERCA DE ANDRÉ MYRE

André es un reconocido biblista, autor de numerosos libros, profesor jubilado de la Universidad de Montreal y especialista de los Evangelios, particularmente el de Marcos. Durante varios años, ha dirigido numerosos talleres bíblicos.

Texto traducido al español por Sandra Ortega, en el marco del programa Forjando Líderes Comunitarios, de la Fundación CEILI, A.C. #SoyLíderFunCeili