ENTREVISTAS

Michel Pilon: “Acompañar y defender los derechos de los trabajadores sin voz”

photo Miriam Castro

Par Miriam Castro

ENTREVISTAS

8 marzo 2023

Foto por Miriam Castro

Michel Pilon se describe a sí mismo como un “inmigrante francés de undécima generación” que, desde hace más de cuarenta años, trabaja para proteger los derechos de los trabajadores del Quebec, en particular de aquellos que no pueden defenderse por sí mismos.

Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Université du Québec à Montréal, Michel participó activamente en varias asociaciones estudiantiles, perteneció al Movimento de Estudiantes Cristianos del Quebec (MECQ), creado por Mons. François Lapierre, y trabajó durante diecinueve años en la Fundación para la Ayuda a los Trabajadores Accidentados (FATA), con Michel Chartrand, sindicalista y militante socialista quebequense fallecido en 2010.

Desde 2017, Michel es director general de la Red de Ayuda para Trabajadoras y Trabajadores Migrantes Agrícolas de Quebec (RATTMAQ), cuya misión es ofrecer servicios de apoyo en materia de inmigración, salud, educación y francización a los trabajadores de la provincia.

Michel y su equipo trabajan por el respeto de los trabajadores temporales extranjeros, conocidos como los “sin voz”, porque no hablan francés y a menudo desconocen sus derechos, lo que les hace vulnerables a la explotación de empleadores sin escrúpulos.

 

Una red de apoyo a los trabajadores inmigrantes

 

Desde los años setenta, la ciudad de Saint-Rémi, en la región de la Montérégie, es frecuentada por trabajadores temporales de América Latina, principalmente de México y Guatemala, contratados en el marco del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAS). La razón es sencilla: la Montérégie es una región agrícola de primer orden, de ahí su sobrenombre de “despensa del Quebec”.

Todos los domingos, sobre todo durante la temporada estival, un centenar de trabajadores asistían a la misa en español celebrada en la iglesia de Saint-Rémi, y más tarde, los comités de ciudadanos organizaban reuniones para compartir alimentos de aquí y de otros lugares, y se impartían cursos de francés en el presbiterio.

Así empezaron a surgir amistades entre las dos comunidades durante el día libre de los trabajadores. “Hablábamos con ellos, y era entonces cuando nos enterábamos de que, aunque tenían tarjeta de salud, tenían problemas para acceder a los servicios sanitarios, porque algunos jefes no los trasladaban al hospital”. Y eso no era todo: algunos empleadores se quedaban con sus documentos de identidad, como pasaportes y tarjetas de sanidad, no informaban de los accidentes laborales y los acosaban psicológicamente para controlarlos mediante el miedo.

Inicialmente se creó la organización Somos Hermanos, auspiciada por las diócesis de Saint-Jean-Longueuil y Valleyfield y formada por ciudadanos quebequenses que deseaban facilitar la integración de los trabajadores extranjeros en el mundo rural francófono, romper el aislamiento al que suelen enfrentarse durante su estancia en la provincia y crear vínculos entre las comunidades culturales.

Con el tiempo, se formaron organizaciones Somos Hermanos en toda la región, pero en 2016 se decidió reunir a estas entidades para crear la RATTMAQ, una organización sin ánimo de lucro. En los primeros años, RATTMAQ persiguió su misión de ayudar a los trabajadores agrícolas extranjeros con el apoyo financiero de la Fundación Beati, las comunidades religiosas, la Conferencia Religiosa Canadiense (CRC), la Diócesis de Saint-Jean-Longueuil, entre otros benefactores. En 2019, la red será reconocida oficialmente como grupo de defensa por el gobierno del Quebec.

Sin embargo, la historia de la organización cambia en marzo de 2020, cuando el gobierno del Quebec declara el estado de emergencia sanitaria, poniendo a la provincia en cuarentena para intentar frenar la propagación del coronavirus. En estas condiciones, la RATTMAQ decide instalar un puesto de información en el aeropuerto Pierre Elliot Trudeau de Montreal para acoger e informar a los trabajadores agrícolas extranjeros sobre sus derechos laborales, sanitarios y de seguridad, las medidas de higiene en vigor y la asistencia que ofrece la organización.

En dos años, hablaron con más de 22 mil personas, es decir, ¡el 90% de los trabajadores temporales extranjeros del Quebec! En ese momento, los gobiernos federal y provincial comprendieron que la red era una parte esencial del proceso de acogida e integración de los trabajadores agrícolas temporales. Como resultado, en 2023, la organización espera recibir subvenciones de hasta 3 millones de dólares.

 

Llegada de trabajadores temporales al Québec en 2022. Foto por Infórmate

 

Denunciar los abusos

 

En Quebec, el trabajo está regulado por la Ley de las Normas Laborales, cuyo objetivo es proteger a los empleados imponiéndoles unas condiciones laborales mínimas en cuanto a salario mínimo, duración de la semana de trabajo normal, descansos, vacaciones y acoso psicológico, entre otras cosas. En el caso de los trabajadores agrícolas, esto significa que el empleador no puede retener sus papeles ni cobrar “precios disparatados” por el alojamiento y la comida.

 

A menudo, algunos patrones dirán: “Sí, pero firmó un contrato conmigo”. Sin embargo, un contrato de trabajo no puede estar por encima de la Ley de Normas Laborales, que es una ley de orden público. Así que un contrato de este tipo sería automáticamente “nulo de pleno derecho”.

 

Desgraciadamente, los trabajadores no conocen la ley y, además, no tienen poder de negociación, sobre todo cuando han recibido un permiso de trabajo cerrado, es decir, que se les permite trabajar para un solo y único empleador en Canadá. Como los trabajadores sólo quieren trabajar y temen ser expulsados a sus países, firman cualquier cosa y bajo cualquier condición. Un permiso de trabajo abierto pero sectorial sería una posible solución, según la red de apoyo a los trabajadores.

Con 578 casos en curso, Michel y su equipo han visto todo tipo de situaciones: denuncias de acoso psicológico y físico, incumplimiento en el pago de horas extras, despidos ilegales… “Actualmente, estoy trabajando en un caso en el que trabajadores mexicanos tienen que laborar de diez a trece horas diarias por un salario de poco menos de 4 dólares la hora. Fueron contratados en México con la falsa promesa de que les darían un permiso de trabajo tras entrar en el país como turistas. Ahora carecen de estatus legal”.

 

Haga clic aquí para ver el reportaje emitido (en francés) por Radio-Canadá el 21 de diciembre de 2022 sobre las condiciones de trabajo en el Camping Havana Resort de Maricourt.

 

Para cumplir su misión, la RATTMAQ está continuamente en el campo de acción. Como los trabajadores no tienen acceso a un vehículo, los empleados de la red de asistencia realizan videollamadas o se desplazan para reunirse con ellos discretamente, en cualquier lugar y a cualquier hora, para evitar cualquier problema a los trabajadores.

Con los años, ha aumentado el número de trabajadores migrantes que denuncian abusos, pero la gran mayoría sigue teniendo mucho miedo de hacerlo. Es el caso de los trabajadores guatemaltecos, por ejemplo, que han vivido toda su vida bajo una dictadura militar y sólo han conocido el sistema de explotación. También hay emigrantes que se han endeudado mucho en sus países para poder venir a trabajar a Canadá, dejando como garantía un pedazo de tierra o a su familia.

 

¿Trabajadores temporales?

 

Michel explica que existen trabajadores temporales que trabajan de seis a ocho meses al año y los “temporales” que trabajan once meses y medio al año en la industria alimentaria. Como los contratos de trabajo de dos o tres años son más bien escasos, los trabajadores tienen que volver a su país durante quince días y regresar con un nuevo contrato. En el contexto actual de escasez de mano de obra, esto no tiene sentido, y “es francamente inhumano separar a las familias”.

 

No es trabajo de temporada lo que hacen, es trabajo a tiempo completo. La idea es que hay que cubrir una necesidad durante cierto tiempo y, después, serán los quebequeses quienes harán el trabajo. Pero eso nunca será así.

 

RATTMAQ, añade Michel, también tiene la misión de sensibilizar y educar al público sobre la realidad de los trabajadores sin rostro y sin voz. Él da conferencias, participa en congresos y se sienta en mesas de consulta organizadas por la Unión de Productores Agrícolas (UPA) para reivindicar los derechos de los trabajadores y comunicar información sobre las condiciones de trabajo en el campo.

Así pues, la próxima vez que vayamos a comprar una lechuga o una prenda de ropa, nos preguntaremos: ¿es un producto procedente de la explotación o no?

 

* El género masculino se utiliza con el único fin de facilitar la lectura del texto. No pretende ser discriminatorio.

 

ACERCA DE MIRIAM CASTRO

Apasionada de los viajes y la cultura, Miriam decide establecerse en Quebec y finaliza una Maestría en Comunicación por la UQAM, mientras dirige la Fundación Père-Ménard. Cuando no está corriendo para hacer su meditación en movimiento, Miriam gusta de leer un buen libro, mirar series o compartir una buena comida con las personas que ama.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

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