Foto por Pablo Heimplatz / Unsplash
¿Acaso nuestra creencia en la “vida después de la muerte” tendría hoy menos fuerza que la COVID-19?
¿Estamos lo suficientemente convencidos para “transmitir el mensaje”, respetando al mismo tiempo al otro que piensa diferente? “¿Te hablo para convencerte? No, nada de eso. Cada uno dialoga desde su propia identidad. La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo”, nos recuerda el Papa Francisco. ¿Tendríamos la fuerza y el valor de llegar a ser percibidos como “pestilentes ” para ser verdaderos discípulos?
Esta Resurrección sigue siendo un grito de guerra para seguir a Jesús de Nazaret, el Vivo. Esta convicción lleva nuestra fe al límite. A cada instante, con cada deseo, con cada aliento, el Dios del Universo nos muestra que Él es la Resurrección y la Vida. “Aquel o aquella que crea en él o en ella, aunque muera, vivirá… nunca morirá. ¿Crees en esto?” (Juan 11:25)
Si la resurrección no existiera, la vida sería insoportable en muchos sentidos, tanto física como psicológicamente. Atrevámonos a abrir todo nuestro ser interior a esta Vida sin límites; no nos encerremos en nuestros miedos y angustias. Más bien, estemos convencidos de que hay un camino de vida que se abre y nos conduce al Verdadero Remedio prometido por el mismo Jesús, a saber, ser todos resucitados, pues Él habita en nosotros.
De nosotros depende hacer Su Voluntad.
ACERCA DE DENIS GAUTHIER
Empresario, exjesuita y de ascendencia amerindia, herencia de la que se siente especialmente orgulloso, Denis es un universo en sí mismo. Un universo que explora con paciencia y determinación, sembrando las semillas de proyectos movilizadores y amistades leales. Amante de la naturaleza y apasionado del ser humano, sabe convencer y destaca en el arte de rodearse de personas motivadas y creativas que le apoyan y siguen.
Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.
