ENTREVISTAS

Marie Harrison: “A pesar de las dificultades, se respira la alegría de vivir”

photo Renée Thivierge

Par Renée Thivierge

ENTREVISTAS

24 abril 2020

Cuando era niña, Marie tenía dos tías misioneras que la inspiraron mucho y que sembraron en ella el deseo de ayudar. Es consciente de haber recibido mucho en su vida desde varios puntos de vista. Como fisioterapeuta recientemente jubilada, ella quería usar su conocimiento y experiencia como voluntaria en el Hogar San Pedro, un centro de ayuda donde las necesidades son diferentes e inmensas.

 

“Lo que me interesaba era trabajar en una relación de ayuda a las personas, con una base científica. Yo trabajaba en un centro de rehabilitación donde formaba parte de un equipo multidisciplinario compuesto por trabajadores sociales, educadores especializados, terapeutas, ergoterapeutas, psicoeducadores, en contacto con especialistas como neurólogos, ortopedistas y pediatras.”

Después de estudiar fisioterapia en la Universidad de Laval, Marie trabajó en el ramo de la salud, principalmente con niños.

 

El momento perfecto

 

A finales de 2018, Marie Harrison conoce a Yvonne Cormier, una monja de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario en Rimouski, quien había vivido varios años en el Perú. La hermana Yvonne conocía el Hogar San Pedro, un centro de ayuda ubicado en el distrito de Ricardo Palma, un suburbio de Lima. El centro, fundado en 1979 por el padre Ménard, recibe a personas enfermas que están completamente desamparadas y que vienen de regiones cercanas y lejanas.

 

Allí hay personas de todas las edades que necesitan cuidados, personas muy pobres, que no tienen otro lugar para vivir, por lo que viven y reciben atención. en el Hogar San Pedro.

Marie Harrison

 

La hermana Yvonne la manda a la Fundación Père-Ménard. Después de algunas entrevistas con Miriam Castro, directora, se le ofrece un proyecto de voluntariado de dos meses en el que podría poner su conocimiento y capacidades de servicio a los residentes del Hogar San Pedro.

Marie llega a Perú el 2 de abril de 2019 . En el aeropuerto de Lima es recibida calurosamente por el chofer y un miembro de la Sociedad de los Misioneros Santos Apóstoles, quienes la llevan directamente al Hogar. “Al día siguiente”, recuerda, “conocí a la gente y el contacto fue muy fácil, me recibieron de una forma muy entuasiasta. Todos eran abiertos, demostrativos y con sentido del humor. A pesar de las dificultades diarias que enfrentan, ahí se respira la alegría de vivir.”

 

Manos a la obra

 

De inmediato, Marie identifica a los residentes que podrían beneficiarse de su experiencia y ayuda. Nos cuenta el caso de un hombre de cuarenta y cuatro años que sufría las secuelas de la tuberculosis. Él ya estaba curado desde hace unos meses, pero los efectos colaterales persistían. Experimentaba mucho dolor en las articulaciones, tenía debilidad muscular, pemanecía en una silla de ruedas y apenas comenzaba a usar una andadora.

“Con él, trabajé todos los días, fortaleciendo los músculos con ejercicios de equilibrio y resistencia, asi como intensas rutinas para que pudiera soportar caminar mayores distancias. Realmente trabajamos muy duro y su condición física mejoró mucho.” Como la andadora no era del todo adecuada, Marie se acercó a la Fundación Père-Ménard, que encontró un donador en Quebec para proporcionarle la cantidad necesaria para comprar una andadora con cuatro ruedas y frenos.

 

Su condición mejoró mucho y ahora es más autónomo. Puede salir más fácilmente del Hogar y hacer algunas compras y reuniones sociales.

Marie Harrison

 

Además de los adultos, en el Hogar San Pedro acoge viven nueve niños, ocho de los cuales asisten a la escuela. Cuatro de ellos asisten a una clase regular y otros cuatro se encuentran en clases especiales. A su regreso de la escuela, el personal, principalmente las enfermeras, los supervisa y ayuda con la tarea. La educación de los niños es primordial y se toma en serio.

 

Marie y el residente beneficiario de la nueva andadora.

 

Acostumbrada a las salas de fisioterapia del Quebec, Marie tuvo que adaptarse y encontrar formas de compensar la falta de equipo. Sin embargo, para ella lo más importante es la calidad de la atención. “Hay personas con problemas de salud complicados, quienes permanecen en cama o en una silla de ruedas. El personal los atiende con mucho cariño, los lava, los alimenta, se les brinda un techo, reciben los medicamentos que necesitan, y un médico de medio tiempo es asignado para dar seguimiento”.

Además de los servicios de fisioterapia, Marie trabajaba en la lavandería y jugaba con los niños, enseñándoles juegos de cartas o acompañándolos a andar en bicicleta o a la piscina.

 

Una experiencia memorable

 

¿Repetiría la experiencia? “Claro”, afirma, “pero por el momento estoy de regreso a casa, aprovechando cada oportunidad que tengo para hablar de ello. Tengo una amiga, cuya profesion es Terapeuta del Lenguaje, a quien le he contado sobre las necesidades del Hogar San Pedro.” Marie continúa solicitando donaciones y acaba de comprar una silla de ruedas que será más adecuada para un de los pacientes de Hogar. “Al final”, dice, “mi estadía no ha terminado.”

 

ACERCA DE RENÉE THIVIERGE

Periodista, escritora, traductora y dramaturga, Renée siempre ha estado interesada en la filosofía y la espiritualidad. La belleza y el ser humano son sus mejores fuentes de inspiración y cree apasionadamente en el poder de las palabras para teñir con poesía los límites de un mundo a menudo superficial y mediático.

 

Texto traducido al español por Sandra Ortega, en el marco del programa Forjando Líderes Comunitarios, de la Fundación CEILI, A.C. #SoyLíderFunCeili

 

Partager :

Síguenos en Facebook

Sigue a la fundación en Facebook para mantenerte informado sobre nuestras actividades, nuestros proyectos y nuestras últimas publicaciones.

Yo suscribo

¿Quieres recibir más contenido?

Suscríbase a nuestra lista de correo y le enviaremos un correo electrónico cada vez que se publique una nueva publicación, es fácil y gratuito.

Yo suscribo