ARTÍCULOS

Lo que imaginamos, lo creamos

Par Denis Gauthier et Pierre Brulé

ARTÍCULOS

6 mayo 2020

Foto por José Antonio Gallego Vázquez / Unsplash

En un sitio de construcción, todos los trabajadores solían reunirse para comer juntos al mediodía. Y, regularmente, David se quejaba tan pronto como había abierto su lonchera. “¡Ah! ¡Más sándwiches de mantequilla de maní y mermelada! ¡Odio la mantequilla de maní y la mermelada!

Día tras día, David se lamentaba de sus sándwiches. Las semanas pasaban y su actitud ya había comenzado a molestar a los demás. Finalmente, uno de ellos le dijo: “Hey David, si odias tanto la mantequilla de maní y la mermelada, ¿por qué no le pides otra cosa a tu pareja?”

“¿Mi cónyuge?, responde David. Vivo solo. Soy yo quien prepara mis sándwiches.”

 

Un día representa toda una vida

 

En la vida todos preparamos nuestros propios sándwiches. Somos tanto el problema como la solución y siempre tenemos una opción. Es como el viejo dilema del vaso medio vacío o medio lleno donde vemos dos dimensiones de la misma realidad. Al igual que una moneda que no pierde su valor, aunque la veamos de un lado o del otro. En resumen, nosotros podemos decidir querer lo que suceda y asumirlo o quejarnos de ello.

Muchos dirán que la serenidad y el valor que uno experiementa durante la juventud parten del hecho de que, al subir una colina, no vemos la posible muerte ubicada al pie de la otra pendiente. Sin embargo, la muerte es parte del ciclo de la vida. Respirando, estamos subiendo la colina al mismo tiempo que tomamos todo el aire que necesitamos para llenarnos, luego nos relajamos al pie de la otra pendiente para vaciarnos

Un día representa toda una vida. La muerte lo completa. Nos despertamos, subimos la colina y sabemos que al final de nuestro estado de vigilia, sin energía, el otro lado nos espera para recargar fuerzas . Esto es lo mismo para todas nuestras necesidades esenciales.

No busques que los acontecimientos ocurran como tú deseas, deja que sucedan como suceden, y todo te irá bien.

Epicteto

En caída libre

 

La plenitud o el vacío, todo forma parte de nosotros y uno tiene tanto valor y razón de ser como el otro. Sin embargo, la plenitud está vinculada a la satisfacción y el vacío a la decepción. Nos sentimos vacíos cuando no obtenemos lo que queremos, cuando pasamos por un mal momento o cuando el otro nos decepciona, nos frustra. Caemos al vacío cuando las cosas no suceden como deberían, como deseamos.

La vida no es un antes ni un después. Los deseos, las expectativas y las ilusiones se encuentan en el después del presente y pueden ocupar tanto espacio en nuestra cabeza que ya no sentimos la vida que estamos viviendo.

Cuando se deseal el el vaso medio lleno de satisfacciones, éste se encuentra también medio vacío con decepciones o frustraciones. Es como un castillo de naipes que se derrumba en nosotros, al mismo tiempo que rechazamos este estado de ser. Sin embargo, es a través del vacío que emerge el apetito. Lo mismo ocurre con un vacío existencial: es en sí mismo un desencadenante de la motivación para aprender sobre uno mismo.

 

ACERCA DE DENIS GAUTHIER Y PIERRE BRULÉ

Denis es filósofo y Pierre es psicólogo. Ambos tienen un MBA de universidades del Quebec. Se conocieron durante un curso de filosofía en la Universidad de Quebec en Trois-Rivières y escribieron juntos el libro “Verse de Otra Manera. La Conciencia y su Poder”. Amantes de la naturaleza, del ser humano y de los retos, se lanzan en la aventura de escribir juntos esta crónica espiritual.

 

Texto traducido al español por Sandra Ortega, en el marco del programa Forjando Líderes Comunitarios, de la Fundación CEILI, A.C. #SoyLíderFunCeili

 

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