Los habitantes de la comunidad Fernando Stahl esperaban nuestra llegada a su aldea
Foto por Alas de Esperanza
En agosto de 2024, tuve el privilegio de unirme a André Franche y su equipo peruano de Alas de Esperanza para conocer la realidad de las comunidades indígenas que viven a orillas del río Ucayali, en la selva amazónica de Perú. Estos pueblos han logrado preservar su modo de vida tradicional, marcado por un profundo respeto a la naturaleza y un espíritu de solidaridad dentro de la comunidad.
A pesar de la riqueza de recursos naturales de la región, estas poblaciones se enfrentan a grandes dificultades, sobre todo en cuanto al acceso al agua potable y la calidad de su alimentación. Los niños, en particular, padecen anemia, como atestiguan sus vientres hinchados y sus cabellos decolorados.
Asistimos a la inauguración festiva de un sistema de abastecimiento de agua por gravedad en una aldea Asháninka, y a celebraciones para señalar el importante avance de las obras en Shahuaya, una comunidad Shipibo-Konibo. Estas celebraciones coronan los esfuerzos y el duro trabajo realizado por la población local para completar sus proyectos de agua, que ya están mejorando la calidad de vida de sus familias.
La comunidad Fernando Stahl
Tras pasar la noche en Shahuaya, en plena selva amazónica, tomamos un bote para encontrarnos con la comunidad Fernando Stahl. Se trata de una pequeña aldea indígena formada por unas treinta familias, es decir, 135 personas de la etnia Shipibo-Konibo. La comunidad tomó su nombre tras recibir la visita de Fernando Stahl (1874-1950) y su esposa Ana, una pareja estadounidense que trabajó como misioneros adventistas en los años 30 y 40 para ayudar a los pueblos indígenas de Bolivia y Perú. Su ministerio se basaba en el ejemplo de Jesús: sanar, educar y predicar.
La comunidad Fernando Stahl se encuentra en el distrito de Tahuanía, provincia de Atalaya. Desde la ciudad de Atalaya, se necesitan de ocho a diez horas, o dos días, para llegar a la comunidad, dependiendo de si se toma una lancha rápida o un bote público por el río Ucayali.
Niños, mujeres y hombres nos dieron una calurosa bienvenida. Estaban muy agradecidos por nuestra visita. Nos recibieron en el salón comunal y nos sirvieron una deliciosa comida a base de pescado, además de masato (bebida tradicional hecha de yuca fermentada) y agua de coco para refrescarnos. Durante la reunión, los habitantes de la comunidad hablaron de las dificultades a las que se enfrentan por la falta de agua potable. También se habló de la importancia de la participación de todos los residentes en la construcción del proyecto de agua.
Las familias de la comunidad Fernando Stahl viven principalmente de la pesca y la agricultura. Hay una guardería y una escuela primaria. En la actualidad, los habitantes beben agua de un arroyo que, por desgracia, está cada vez más contaminado.
Proyecto previsto
El ingeniero Ángel Huamán ha visitado la comunidad en varias ocasiones para supervisar el caudal de agua del manantial identificado. Nos ha asegurado que el manantial sigue fluyendo incluso durante la estación seca, lo que es una muy buena señal. Este manantial se encuentra a 300 metros río arriba del pueblo, lo que permitirá construir una infraestructura de captación para traer el agua por gravedad. Se levantará un depósito de 10 m3, así como una red de distribución, conexiones domiciliarias y un lavabo con ducha para cada familia y en los locales públicos (escuela primaria, centro comunitario, etc.). La construcción de duchas es importante en los proyectos de la selva peruana, sobre todo para proteger la intimidad de las mujeres y los niños.
Ya ha sido creado un comité local de gestión del agua potable, compuesto por seis miembros, la mitad de los cuales son mujeres, para velar por que las contribuciones pagadas por las familias se recauden y utilicen correctamente. Este comité se encargará del mantenimiento y la reparación de las instalaciones, así como de organizar talleres de higiene y uso responsable del agua. Dos operadores elegidos por la comunidad recibirán formación de Alas de Esperanza para que se ocupen del correcto mantenimiento del sistema y eviten averías en los equipos.
El proyecto será realizado en colaboración con:
– Miembros de la comunidad Fernando Stahl, quienes aportarán la mano de obra no calificada necesaria para completar el proyecto
– la municipalidad del distrito de Tahuanía, que comprará y pagará el transporte de materiales como arena, cemento, etc.
– El organismo Alas de Esperanza, que cuenta con el apoyo financiero de organizaciones como la Fundación Padre Ménard y sus benefactores.
Proveer de agua potable es sólo el primer paso hacia el progreso a largo plazo. Cuando las comunidades se implican en su propio proyecto de agua, se produce una transformación de mentalidad, ya que la gente toma conciencia de sus puntos fuertes, su valor y sus capacidades. Se dan cuenta de que trabajando juntos pueden transformar positivamente su entorno vital.
ACERCA DE MIRIAM CASTRO
Apasionada de los viajes y la cultura, Miriam decide establecerse en Quebec y finaliza una Maestría en Comunicación por la UQAM, mientras dirige la Fundación Père-Ménard. Cuando no está corriendo para hacer su meditación en movimiento, Miriam gusta de leer un buen libro, mirar series o compartir una buena comida con las personas que ama.
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