ARTÍCULOS

El cristiano ante el mundo

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Par Yvon Pomerleau

ARTÍCULOS

7 septiembre 2022

Foto por Pagonici / iStock

 En el evangelio de Juan (17, 11B-19), el mundo se menciona unas diez veces. ¿Pero qué es el mundo? La respuesta no es fácil. Es una palabra con numerosos significados.

Pensemos en nuestro lenguaje cotidiano. El gran viajero sueña con dar la vuelta al mundo, mientras que el sedentario corre el riesgo de encerrarse en su pequeño mundo. El tímido, que no quiere llamar la atención, hace lo que hace todo el mundo. Se dice que una familia acogedora es un lugar bueno en el mundo. Al niño revoltoso, en cambio, se le pedirá que se comporte, sobre todo cuando esté con gente de mundo.

Cuando las cosas no salen según lo previsto, la situación se describe al revés. El tercer mundo y el cuarto mundo forman parte de nuestro planeta. Un diario se llama El Mundo y una revista cristiana se llama El Mundo de la Biblia. Voy a parar aquí mis juegos de palabras con dos sustantivos ligados al mundo en sentidos muy diferentes: globalidad y mundanidad.

 

Pasemos ahora al mundo bíblico. He elegido tres significados con sus referencia para ilustrar cada uno de ellos:

  1. En el universo creado por Dios. En los Hechos de los Apóstoles se menciona a “Dios que hizo este mundo y todo lo que hay en él”. El mundo es también la tierra con todos sus habitantes: Mateo habla de “esta Buena Nueva del Reino (…) proclamada en todo el mundo como testimonio a todas las naciones”.

 

  1. El mundo se refiere a toda la humanidad, al género humano. Juan, en su evangelio, nos recuerda que Dios no envió al Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. También escribe que “el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo”.

 

  1. Por último, hay un significado negativo atribuido al mundo en la Biblia, que se refiere a la sociedad secular, por oposición al pueblo de Dios, al estado de ánimo, a los valores, a la forma de vida de los que están lejos de Dios. Un pasaje del evangelio de Juan desarrolla este sentido negativo del mundo: “No améis al mundo ni lo que hay en el mundo (…) Porque todo lo que hay en el mundo -la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de las riquezas- no es del Padre, sino del mundo”.

 

En este evangelio se alternan los significados positivos y negativos del mundo. Jesús no reza para que sus discípulos sean sacados del mundo, sino para que sean protegidos del maligno. “Ellos no pertenecen al mundo, así como yo no pertenezco al mundo. Y luego Jesús continúa diciendo: “Como tú me enviaste al mundo, así los he enviado yo al mundo”.

Nuestra vocación cristiana es vivir en el mundo sin ser de ese mundo. Un canto religioso, cuya letra está tomada de la segunda carta a los Corintios, nos recuerda que “el mundo viejo ha pasado y un mundo nuevo ya ha nacido”.

 

ACERCA DE YVON POMERLEAU

Después de más de treinta años como misionero en Ruanda, donde vivió la violencia del genocidio, y como asesor del Superior de la Orden de Predicadores en Roma, fue prior provincial de los Dominicos de Canadá de 2002 a 2010. Amante de la naturaleza y del otro, Yvon participa, entre otras cosas, en el desarrollo del Hogar del Mundo, un refugio para solicitantes de asilo y refugiados en Montreal.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

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