LIBROS RECOMENDADOS

Crecer gracias a la fuerza del espíritu

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Par Laurence Gagnon

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1 marzo 2023

Foto por Laurence Gagnon

¿Cómo podemos cuidar nuestro espíritu en tiempos de crisis? Esta es la pregunta que Frédéric Lenoir intenta responder en ¡Vivir! En un mundo imprevisible, un breve ensayo escrito durante la pandemia de covid-19. El planteamiento es el siguiente: “Mientras esperamos que el mundo cambie, ¿cómo podemos cambiar nosotros o transformar nuestra mirada para adaptarnos lo más positivamente posible a una realidad que nos desestabiliza? (p. 12)

A modo de “manual de resiliencia para superar las crisis”, el ensayo pretende ser una guía para ayudar a la gente a superar los traumas en general, y  aquellos causados por la pandemia en particular. Para desarrollar su argumento, Lenoir recurre a conceptos y reflexiones procedentes de la filosofía, la psicología, pero también de la religión. Sugiere formas alternativas de cuidarnos y de satisfacer nuestras necesidades emocionales, afectivas y espirituales. sobre todo cuando nuestra seguridad física y psíquica está en peligro.

 

Satisfacer nuestras necesidades en tiempos de crisis

 

A partir de la pirámide de necesidades de Maslow y del concepto de conatus[1] de Spinoza, Lenoir clasifica nuestras necesidades en dos categorías: las necesidades básicas de seguridad física y psíquica y las necesidades de crecimiento (pertenencia, amor, realización, etc.). La necesidad de crecimiento es la que depende de la fuerza de nuestro espíritu, aunque también contribuye a alimentarlo. Lenoir parte de la premisa que existe una relación recíproca entre los dos tipos de necesidades: la fuerza del espíritu ayuda a reforzar el sentimiento de seguridad física, y al revés. Así, mantener una espiritualidad, ya sea religiosa o laica, estabilizaría las emociones, permitiéndonos reaccionar mejor ante los trastornos.

A continuación, Lenoir introduce el concepto de resiliencia propuesto por Boris Cyrulnik[2]: se trata de “un proceso psicológico que permite a un individuo afectado por un traumatismo profundo reconstruirse, encontrar en sí mismo, sin negar nada de este choque, los recursos necesarios para seguir adelante en la vida” (p. 30). Aunque considera que resistirse al cambio es un mecanismo de defensa eficaz, en un primer momento, para protegerse de un acontecimiento perturbador, Lenoir cree que es necesario mirar la realidad a la cara, lo que nos permite actuar, para encontrar la manera de curarnos de nuestro trauma.

Al iniciar el proceso de curación, uno puede reflexionar sobre cómo crecer a partir de una gran conmoción.

 

Adaptarse al cambio

 

Gastar mucha energía para crecer a partir de un trauma es, según Lenoir, un primer paso hacia un proceso de adaptación al cambio. Dice que debemos encontrar los recursos dentro de nosotros mismos para soportar las dificultades y utilizarlas para crecer.

Los disturbios pueden afectar nuestro equilibrio emocional a nivel bioquímico, alterando la producción de sustancias que regulan nuestro temperamento, por lo que cultivar emociones positivas puede ayudar a restablecer este equilibrio.

Esto puede hacerse mediante el humor, o a través de la toma de distancia y el dejarse llevar, como preconiza el taoísmo.

La energía puesta en crecer a partir de un reto de la vida también puede dirigirse a ver el desafío como una señal para cambiar nuestros hábitos. En el caso de la pandemia, Lenoir afirma que nos hemos beneficiado al ralentizar nuestro ritmo de vida, al disfrutar del momento presente. Y si el momento presente nos hace sufrir, podemos detenernos y evocar recuerdos felices de nuestro pasado. Fiel a sí mismo y a sus otros escritos, Lenoir propone la meditación como una forma de encontrar la paz interior: desarrollar un espacio mental sereno cuando el mundo exterior es caótico y está lleno de sobresaltos puede ser beneficioso y ayudarnos a afrontar mejor la vida cotidiana.

 

Cuidado con las soluciones mágicas

 

En este breve ensayo que busca abordar las necesidades espirituales durante una época de crisis sin precedentes, Frédéric Lenoir ofrece soluciones para cualquiera que pueda sentirse estancado e inquieto. Es importante señalar, sin embargo, que ninguna de estas soluciones es mágica; Lenoir ofrece sugerencias para cambiar nuestro estado de ánimo, pero debemos saber en qué momento adoptarlas. Aunque reconoce brevemente que los individuos no están igualmente preparados para afrontar los mismos trastornos, se limita a evocar este punto, sin profundizar en él. Esto da la impresión de que la carga de la crisis sanitaria mundial que estamos viviendo, y la capacidad para hacerle frente, recae únicamente en el individuo y en sus propios recursos, mientras que muchas personas, sobre todo las marginadas y empobrecidas, están demasiado ocupadas asegurando su propia supervivencia, y a menudo la de toda su familia, como para tener tiempo y energía para cuestionar su estilo de vida.

La sociedad, por desgracia, no se compromete, y la esperanza que Lenoir enuncia en su libro, la del cambio social al final de la pandemia, no parece haberse hecho realidad. Podemos poner tanta energía como cualquiera en intentar cambiar nuestra mentalidad, en trabajar por nuestro bienestar, pero todo depende de por dónde empecemos.

Dicho esto, algunos de los elementos de este libro son bastante universales: buscar conexiones emocionales en lugares donde antes no habríamos pensado encontrarlas, buscar los pequeños placeres en una vida agitada, y tomarse las dificultades que experimentamos con una dosis de humor. Estos consejos pueden ponerse en práctica en cierta medida, independientemente de nuestra situación.

En un periodo en el que los contactos humanos son escasos y el acceso a la ayuda psicológica y espiritual es aún más difícil que antes, hay algunas lecciones en este libro que pueden proporcionar un mínimo de consuelo y esperanza.

 

¡Vivir! En un mundo imprevisible fue publicado por Fayard en 2020.

 

Del mismo autor: 

 

La promesse de l’ange (2004), El milagro Spinoza (2017).

 

Notas :

 

[1] El concepto de conatus, en Spinoza (filósofo neerlandés, 1632-1677), según el cual “cada cosa, en cuanto es en sí misma, se esfuerza por perseverar en su ser”. Véase Baruch Spinoza, Ética III, Proposición VI.

[2] Boris Cyrulnik es neuropsiquiatra y escritor. Define la noción de resiliencia en Résiliences. Connaissances de base (Odile Jacob, 2012) y La résilience. De la recherche à la pratique (Odile Jacob, 2014), entre otros.

 

ACERCA DE LAURENCE GAGNON

A Laurence siempre le ha apasionado la literatura. Maestra en lengua y literatura francesas por la Universidad McGill, le interesa lo que los textos literarios pueden decir sobre el ser humano y su relación con el mundo. Curiosa por naturaleza, Laurence disfruta aprendiendo sobre diferentes culturas, su modo de ver la espiritualidad y sus relaciones con la comunidad. Sus pasatiempos van desde caminar por el bosque hasta el cine japonés, la literatura de las Primeras Naciones y la música clásica.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

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