MUJERES INSPIRADORAS

Biblia y feminismo

photo Lucie Lepine

Par Lucie Lépine

MUJERES INSPIRADORAS

26 mayo 2021

Miguel Ángel, Eva creada por Dios a partir de una costilla de Adán, 1509-1510,

detalle del fresco del techo de la Capilla Sixtina, 170 x 260 cm, Vaticano.

La Biblia fue escrita en un contexto patriarcal. En esa época, se sabe que las mujeres no participaban en absoluto en la vida pública. Fueron excluidas de la práctica y el estudio de la Ley. Constantemente se alaba la importancia de su papel como esposas, madres y amas de casa.

Pertenecen a su padre, que puede venderlas como esclavas, y luego a su marido. Una oración judía resume muy bien su situación: “Bendito sea Dios que no me hizo gentil [pagano], bendito sea Dios que no me hizo esclavo, bendito sea Dios que no me hizo mujer.” En tal contexto, es impensable que la Biblia sea un libro feminista.

La Biblia es un producto de los hombres. Sus autores han escogido entre fuentes y materiales tradicionales, han redactado y reformulado sus escritos según sus intenciones teológicas, han leído la realidad desde su punto de vista.

Además, la lectura e interpretación de la Biblia hasta nuestros días también se han hecho en un contexto patriarcal: se ha olvidado a grandes mujeres y a menudo se han malinterpretado los textos.

 

Por una teología feminista

 

Las mujeres han decidido leer la Biblia basándose en las siguientes características:

  • Esta lectura se ubica en el espíritu de la teología de la liberación, en el sentido de que reconoce que toda teología está comprometida a favor o en contra de los oprimidos. Por lo tanto, rechaza todos los elementos que perpetúan la violencia, la alienación y la subordinación patriarcal en nombre de Dios. La experiencia de la opresión y la liberación debe convertirse en el criterio para la corrección de la interpretación bíblica y para la evaluación de su pretensión de autoridad teológica. Mantiene los elementos que dan cuenta de las experiencias liberadoras, diciendo que Dios es el Dios de la libertad y la igualdad.
  • Las teólogas feministas piensan que no se ha escrito todo y que la mayor parte del legado de las mujeres probablemente se haya perdido. Sin embargo, encontramos mujeres que nunca son citadas en las homilías. Recordamos a Moisés, pero ¿qué hay de Miriam? ¿Cuántas profetisas podríamos identificar? La Biblia también se ha utilizado a menudo para mantener a las mujeres en la sumisión.
  • Así, una de las tareas de la teología feminista es recordar a las mujeres y sus prácticas, mujeres que han tenido papeles importantes en el judaísmo y en el movimiento cristiano. Y uno “sospecha” que probablemente habían muchas más. En lugar de ver el texto como un reflejo fiel de la realidad, se intenta leer sus “silencios”.
  • En la Biblia se menciona sobre todo a mujeres excepcionales o problemáticas. Estos textos no deben considerarse la única información disponible sobre las mujeres.
  • La teología feminista intenta ir más allá de los textos androcéntricos y se interesa en situarlos en su contexto sociohistórico, al mismo tiempo que cuestiona que los estudios bíblicos dominantes sean interpretaciones “objetivas” y reconstrucciones históricas neutrales.
  • La teología feminista quiere reconstruir la historia de hombres y mujeres, y restablecer la verdad..
  • La Biblia pudo haber sido una fuente de opresión, pero también ha sido una fuente de nuestro poder, si se inspira en la práctica de un Jesús que atacó al patriarcado diciendo que el poder es servicio, poniendo al niño en el centro de la comunidad, dando prioridad a los más pequeños y respetando a las mujeres. El lugar de la revelación no está en el texto androcéntrico, sino en la vida de Jesús y en el movimiento de las mujeres y los hombres a los que llamó a seguirle.

 

No soy experta en teología feminista, pero en mis próximos artículos intentaré responder a algunos de sus objetivos revisando ciertos textos. También recordaré a mujeres de la Biblia que probablemente les resulten desconocidas o poco conocidas.

 

ACERCA DE LUCIE LÉPINE

Luego de una carrrera en educación primaria y secundaria, Lucie trabajó con grupos comunitarios como el Centro Familiar Hochelaga y asociaciones cristianas como el Centro de pastoral en medio obrero, la Conferencia religiosa canadiense y la Fundacion de la juventud obrera, entre otros. Lucie ha cursado el programa en Estudios bíblicos en la Universidad de Montreal y ama la vitalidad cultural de Montreal.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

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