PALABRAS DEL DOMINGO

Antes de que sea demasiado tarde – Primer domingo de Adviento

Photo André Myre

Par André Myre

PALABRAS DEL DOMINGO

23 noviembre 2022

El Festín de los Dioses, figuras de Van Balen, paisajes de Jan I Brueghel,

1618, Museo de Louvre, París

Este primer texto del Año A (Mt 24,37-44) es una perfecta ilustración del hecho de que la Liturgia, más que estar al sentido de los textos del Nuevo Testamento, los utiliza para sus propios fines.

De hecho, la perícopa[1] forma parte de la última exhortación de Jesús en el Evangelio de Mateo[2]. Trata del Juicio Final y, por tanto, sólo tiene sentido cuando se lee desde el inicio.

Es como si se nos invitara, sin haber leído el libro, a comprender el papel del culpable en una novela policíaca tan sólo partir de la lectura de uno de los últimos párrafos. Sólo podemos hacernos una idea del propósito de Mateo en este texto teniendo en cuenta todo el evangelio y el curso de la vida de Jesús.

 

Mt 24,37 Como sucedió en tiempos de Noé, sucederá también en la venida del Humano.  38 Antes del diluvio, y hasta el día en que Noé entro en el arca, la gente comía, bebía y se casaba 39 Pero cuando menos lo esperaban, vino el Diluvio y se los llevó a todos. Así será también la venida del Humano.

40 ¿Estarán dos hombres en el campo? A uno se lo llevarán y al otro lo dejarán.

41 ¿Estarán dos mujeres moliendo en la rueda? A una se le llevarán y a la otra la dejarán.

42 Así que estén atentos, porque no saben qué día vendrá su señor.

43 Tengan claro una cosa: si el propietario hubiera sabido a qué hora de la noche llegaría el ladrón, hubiera permanecido despierto para impedirle entrar a su casa.

44 Así que prepárense, porque no tienen idea de cuándo vendrá el Humano.

 

Traducción

 

El Humano (vv 37.39.44). La expresión griega suele traducirse como “hijo del hombre”. En hebreo subyacente se hace referencia comúnmente a un ser humano de esta manera; en el libro de Ezequiel, por ejemplo, Yhwh se dirige a menudo al profeta como “hijo del hombre”. Sin embargo, en la época de Jesús el artículo definido se utiliza para designar a una persona trascendente, a quien se le confía la función de la evaluación final de los seres.

Señor (v 42). En esta serie de textos, la minúscula se aplica a Jesús; la mayúscula, a Dios.

 

Materiales utilizados

 

Como suele hacerlo, Mateo ha formado su perícopa utilizando trozos de la fuente Q[3] y del Evangelio de Marcos:

vv 37-39 = Q 17,26-27

vv 40-41 = Q 17,34-35

v 42 = Mc 13,35

vv 43-44 = Q 12,39-40

 

Quisiera destacar un hecho que no carece de importancia para la comprensión de los evangelios: los textos procedentes de la fuente Q atribuyen a Jesús el título del “Humano” (vv 37.39.44), mientras que el de Marcos utiliza el de “señor”[4]. La primera forma de referirse a Jesús es típica de los cristianos de Galilea, la segunda de los de Judea.

 

Jesús

 

Pasaron unos cincuenta años entre la muerte de Jesús y la redacción de Mateo. La única referencia a Jesús en esta perícopa es la mención del “Humano”. Puesto que el Jesús de los Evangelios habla a menudo de este personaje -y de hecho es el único que lo hace-, es importante tratar de entender su mentalidad para comprender lo que quería decir con ello.

Para ello, debemos recordar que Jesús era un trabajador manual nacido en una pequeña y poco importante aldea de Galilea. Nadie allí sabía leer o escribir, ni siquiera él[5]. Cuando Jesús discutía con los escribas, estaba en desventaja con respecto a su conocimiento e interpretación de las Escrituras. Por ello, él no tiene la costumbre de referirse al pasado y nunca cita la Biblia[6].

Como los profetas, Jesús reta al sistema en el que vive en nombre de uno futuro que llama “reino de Dios”. Sin embargo, una y otra vez, sus oponentes desafían su interpretación de la vida, según ellos un carpintero analfabeto e incompetente no tiene nada que enseñarles. La réplica de Jesús, indica la fuente Q, es apelar al futuro juicio del Humano:

 

Q 12,8 Quien me reconozca ante el pueblo,

el Humano lo reconocerá ante los mensajeros de Dios.

9 Pero quien me niegue ante la gente será negado [“por el Humano” está implícito[7]] ante los mensajeros de Dios

 

En la Historia, estamos estancados, el sistema sigue triunfando. Un día, no obstante, veremos lo que dirá el Humano, encargado de pronunciarse en nombre de Dios sobre la calidad humana de los seres. Este tipo de discurso nos permite entrar en la mentalidad de Jesús, quien no tenía idea de que eventualmente sería resucitado por su Padre, y nombrado señor del cosmos y de la humanidad en su interior.

 

Tradiciones

 

Ahora, un poco de cronología:

Jesús murió en el año 30,

la fuente Q fue escrita alrededor de los 50,

Marco alrededor del 70

y Mateo en el 80-85.

 

Los autores de los tres documentos (Q, Mc, Mt) utilizaron piezas literarias formadas con anterioridad y las organizaron para dirigirse a sus lectores. Cada una de estas parcelas había sido redactada por escribas cristianos para satisfacer las necesidades de sus comunidades. Estos textos fueron ciertamente inspirados por Jesús, pero sobre todo fueron producto del discernimiento cotidiano necesario para ajustarse a las orientaciones previstas por el Viviente.

Los principales responsables de estos textos fueron los profetas cristianos y sus colegas escribas. Los profetas proclamaban la voluntad de Cristo, mientras que los escribas disponían la palabra de éste en la línea de la Escritura. Los fragmentos literarios de Q y Marcos, utilizados por Mateo en el evangelio de este primer domingo de Adviento, dan testimonio de su trabajo.

 

  1. El primer fragmento (vv 37-39), procedente de la fuente Q, fue evidentemente redactado por un escriba cristiano, quien ha enmarcado su referencia en el tiempo de Noé con dos menciones del Humano (vv 37 y 39b), figura que identifica con Jesús. Esta forma de expresar su fe en este último es típica, como ya he dicho, de una comunidad galilea. En el medio (vv 38-39a), la descripción del comportamiento de los contemporáneos de Noé sugiere que el entorno del grupo no comparte la visión cristiana de las cosas: la gente no es consciente de la proximidad de la catástrofe (la palabra griega detrás de “Diluvio” es kataklusmos). Esta forma de hablar del final a modo de advertencia, o de llamada a la lucidez y a la vigilancia, es propiamente cristiana. Para Jesús, en cambio, el anuncio de la llegada del régimen de Dios era sistemáticamente del orden de las buenas noticias[8].

 

  1. Con su referencia al futuro, el segundo fragmento (vv 40-41), que procede del mismo contexto que el primero en la Fuente, es típico de una palabra profética. La forma amenazante de ver el futuro -en el orden de la separación para hombres y mujeres- es similar a la mentalidad del escriba que ha redactado los versículos anteriores.

 

  1. El extracto del evangelio de Marcos (v. 42) es explícitamente una llamada a la vigilancia ante el desconocimiento del día de la venida del “señor”. El tema, propiamente cristiano, se formula de acuerdo con la expresión de la fe formulada, esta vez, en una comunidad situada en Judea[9]. Este hecho significa que, en la Iglesia palestina en general, aunque en términos diferentes, se pensaba en la misma línea.

 

  1. El cuarto fragmento (vv 43-44) también trata de la vigilancia y contempla la llegada del Humano como una amenaza, ya que el comportamiento de éste se compara con el de un ladrón que se presenta sin avisar.

 

Mateo

 

Debemos al redactor del primer evangelio de haber unido estas cuatro piezas tradicionales. Colocó el ensamble al final de su relato sobre la actividad de Jesús, justo antes de la conclusión sobre su destino y el encuentro en el monte de Galilea (cap. 26-28).

Después de haber dicho todo lo que tenía que decir sobre Jesús a lo largo de más de veintitrés capítulos, Mateo formula aquí la última exhortación de su evangelio, a la que siguen cuatro largos textos que ilustran la necesidad de la vigilancia (24,45-25,46). Este texto es muy importante para él.

Como Jesús se enfrentó tan duramente al sistema, fue eliminado por él. Sin embargo, cuando resucita de entre los muertos, reta a su pueblo a “hacer todo lo que él les diga” (28:20 – último versículo del evangelio). El tiempo de la vida cristiana no es, pues, un tiempo para dormir. No es dado para pensar, sino para hacer lo que el Señor espera (25:45). Esto es lo que debemos observar.

 

Línea de significado

 

El Adviento es como la vida en síntesis: se nos da para que valoremos nuestra calidad de seres humanos, sabiendo que un Día seremos evaluados y que entonces descubriremos para qué valió la pena vivir. Esto es muy diferente a esperar “la venida del niño Jesús en Navidad”. Con este telón de fondo, el texto de Mateo puede orientar nuestra reflexión en varias direcciones. Les presento algunas de ellas.

 

  1. Los textos de los evangelios fueron escritos por Ancianos para Ancianos. No fueron escritos para nosotros. Esto significa que, para hacer una lectura inteligente y propiamente creyente, debemos hacer el esfuerzo de reproducir en nosotros mismos las culturas en las que se expresaron. Si no, les hacemos decir cualquier cosa. Además, como los autores antiguos no se dirigen a nosotros sino a sus contemporáneos para ayudarles a vivir bien su fe, leer un evangelio dentro de nuestra propia situación histórica es decirnos: “Esto es lo que hemos conseguido hacer en nuestro medio, ahora les toca a ustedes”. Los Ancianos nos ofrecen una dirección, una guía, depende de nosotros trazar la línea.

 

  1. Es interesante ver que los Ancianos estaban en un proceso continuo de discernimiento. Lo que buscan en el pasado, ya sea en el Antiguo Testamento o en Jesús, es una orientación para la vida a la que pueden dar contenido adaptándola a su día a día. Así, los primeros escribas hacen hablar a Jesús en nombre de su comunidad; luego, Q organiza los escritos de éstos para favorecer una vida cristiana propiamente galilea; más tarde, Marcos utiliza material de otro origen, sobre todo judaico, para interpelar a su Iglesia, presumiblemente situada en Roma; y, por último, Mateo se sirve de Q y de Marcos para reorientar a su Iglesia en crisis en la Historia. Y el movimiento no se detiene en el Nuevo Testamento. Nunca se dice nada de una vez por todas. La fe debe ser siempre reinterpretada, reiterada de una manera nueva, buscando en el pasado una orientación hacia el Porvenir.

 

  1. Siguiendo a Jesús, Dios se encuentra en la base de la pirámide humana, donde el sistema pesa más sobre los humanos. De hecho, es ahí donde se notan más los efectos perversos de las organizaciones puestas en marcha por los grandes. Es ahí donde mejor podemos entender que el sistema, intrínsecamente engañoso e injusto, no es la respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida. Es finalmente aquí donde es posible la oración, que consiste en darse cuenta, como Jesús, de que los grandes nunca querrán modificar sustancialmente su sistema, por lo que sólo hay esperanza en una acción divina, que en los Evangelios recibe el nombre de “reino de Dios”. Creer en Jesús es comprometerse a pensar como él para actuar como él.

 

  1. Hoy en día, el Juicio no tiene buena prensa. En la era de lo políticamente correcto, del “tengo derechos” y del “nadie tiene derecho a molestarme y a usar palabras que hieran mis sentimientos”, parece incongruente que el “Humano” se ponga a revelar quién soy realmente. Sin embargo, en los evangelios no se hace hincapié en la descripción de este papel del Humano, sino en el tipo de persona que se me invita a ser en la Historia si quiero que mi vida tenga sentido. Es decir, vivir para ayudar a los demás a ver con claridad y a tener ganas de vivir (Mt 5,13a.14a).

 

  1. La perícopa de Mateo dice todo sobre la fe cristiana:

Vivir humanamente es vivir lúcidamente y, por tanto, comprometerse al servicio de una humanidad feliz en un planeta sano. La calidad de cada ser humano se evaluará un día según este único criterio. Debemos estar atentos y lúcidos, de lo contrario nos enfrentaremos a un cataclismo personal y colectivo.

 

Espero que hayan sufrido un choque cultural al leer este texto. Y les doy la bienvenida al desafiante mundo de la fe de los evangelios.

 

Notas :

 

[1] Una “perícopa” es un fragmento del evangelio que forma un todo, ya sea un solo versículo como título (Mt 1,1), o una larga parábola (Mt 25,14-30).

[2] Ver el Plan del evangelio de Mateo en el texto De Jesús a Mateo. Introducción al Año A, publicado la semana pasada.

[3] Sobre la fuente Q, ver De Jesús a Mateo. Introducción al Año.

[4] Mientras que Marcos en su evangelio habla del “señor de la casa”, Mateo ha eliminado la mención de la casa y ha precedido la palabra con el calificativo “su” para dar a “señor” su significado explícitamente cristiano.

[5] Esto no impide que Lucas, en su relato de la visita de Jesús a Nazaret (4:16-30), le haga leer un pasaje de Isaías y mencione dos milagros de los profetas Elías y Eliseo en beneficio de los extranjeros.  De este modo, el escritor quiere, por medio de Jesús, remontar al Antiguo Testamento el contenido de la gran obra que está escribiendo en dos etapas: la primera, su evangelio, en la que Jesús tiene buenas noticias para los pobres y los enfermos (texto de Isaías), y la segunda, los Hechos de los Apóstoles, en la que la fe cristiana se extiende a los extranjeros (referencia a dos curaciones de forasteros por parte de Elías-Elisio).

[6] Siempre que lo hace, en un texto evangélico, es señal de que la referencia viene de la mano de un escriba cristiano. Invito a los lectores a releer los versículos 37-39 del texto litúrgico citado al principio, y a ver por qué se les invita a sacar la conclusión de que su contenido es obra de un escriba cristiano. Mientras que la referencia al Humano se remonta a Jesús, el razonamiento a partir del texto bíblico sobre Noé es propio de un erudito.

[7] Ver Marcos 8,38.

[8] Dado que Jesús se dirigía a la base social oprimida, su proclamación del derrocamiento del sistema y su sustitución por el reino de Dios era una buena noticia para los pobres. Sin embargo, fue una mala noticia para las élites, a las que se les dijo que sus privilegios habían terminado. Sin embargo, Jesús no esperaba nada de éstas, ya que era impensable que aceptaran someterse al nuevo régimen (Mt 19:23-26). En esto se diferencia de su maestro Juan, quien esperaba que las élites se apartaran del sistema que ellas mismas habían establecido. Tal vez fue la decapitación de Juan lo que convenció a Jesús de que los grandes nunca verían la luz.

[9] Tras la muerte de Salomón, las diez tribus del Norte (el futuro territorio de Galilea y Samaria) rechazaron la dinastía davídica. Fue en Judea, y en particular en Jerusalén, donde estuvo viva la esperanza de un nuevo David. Es, pues, allí donde los escribas cristianos desarrollaron la cristología de un Jesús del linaje de David, al que Dios, tras su muerte, resucitó y convirtió en señor, rey, mesías, hijo de Dios… La fuente Q, de origen galileo, tenía otra forma de expresar su fe en Jesús, la del Humano, futuro juez de la humanidad. El evangelio de Marcos ya había reunido estas dos visiones de la fe, una labor que Mateo y Lucas, utilizando la fuente Q y Marcos, continuaron.

 

ACERCA DE ANDRÉ MYRE

André es un reconocido biblista, autor de numerosos libros, profesor jubilado de la Universidad de Montreal y especialista de los Evangelios, particularmente el de Marcos. Durante varios años, ha dirigido numerosos talleres bíblicos.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

 

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