Foto por Jem Sahagun / Unsplash
Agosto de 2021. Jacques cubre lentamente el querido rostro de Lucie, su mujer, que acaba de dejarle. Para siempre.
Jacques Blondin es el policía jubilado de la Municipalidad de Montreal cuya historia se publicó en el volumen 1, edición 2021, de la colección Por una espiritualidad y una fe en evolución (haga clic aquí para leer el texto). Esta historia no dejó a nadie indiferente.
Vencida por el cáncer, Lucie, su luminosa Lucie, su amor, se fue con su Creador, llena de serenidad. Y es gracias a la vitalidad de su fe que Jacques podrá superar, unas semanas más tarde, la prueba definitiva, la muerte prematura del último de sus tres hijos, causada por ACV (accidente cerebrovascular) fulminante.
Ahora, solo en la vida, habiendo perdido a todos los miembros de su familia, considera, sin embargo, que su misión en la tierra no ha terminado. Ha conseguido trascender la tristeza que siente. Suscriptor del canal de televisión Sel et Lumière (Sal y Luz), encuentra apoyo y consuelo escuchando diversos programas espirituales y religiosos. También permanece activo en la Sinfónica Vocal de la Hermandad de la Policía de Montreal.
La esperanza
Pero siempre hay, en algún lugar del Infinito, una estrella que brilla y da esperanza. La esperanza, en condiciones tan dramáticas, sólo puede ser posible en presencia de una creencia profunda, capaz de sublimar el sufrimiento. Jacques reconoció esta estrella en la persona de Denyse.
Generosa y sensible. Así se puede describir a Denyse Rhault. Junto con su marido Jean, visitaba regularmente a Jacques, le prestaba ayuda y consuelo, convirtiéndose así en una cuidadora abnegada y atenta.
Denyse, consumada pianista y profesora de canto, conoció a Jacques como pianista acompañante de la Sinfonía Vocal de la Hermandad de Policía de Montreal.
Ángeles al rescate
Además de la presencia de Denyse, Jacques está rodeado de ángeles: no está solo. Se puede decir que no hay que dar prioridad a la vida en una residencia de ancianos, la cual tiene ventajas innegables.
Una compañía durante una comida, una ayuda para un transporte médico, una pausa para charlar en un encuentro fortuito… un pequeño saludo, una simple sonrisa, ¿no vemos la presencia activa de ángeles, llenos de compasión?
Así pues, hay ángeles reales en nuestro entorno vital. Estos ángeles no necesitan alas para ser reconocidos. Estos seres excepcionales, aunque a menudo muy sencillos, se encuentran cerca de nosotros, en nuestras familias, entre nuestros amigos y vecinos.
Compasión y bondad
Esta estación es propicia a la introspección. La atmósfera sosegada y silenciosa, el manto inmaculado que cubre la naturaleza, me devuelven a los sentimientos que, para mí, están ligados a ella: la pureza, la bondad. Pureza en las intenciones, bondad en cada gesto de ayuda, por pequeño que sea.
Me invade la alegría ante la idea de la benevolencia que nos rodea. Cada ser se convierte en un ángel si contribuye, a su manera, a sembrar una semilla de felicidad. Un gesto de ayuda, una simple sonrisa, representan la presencia del Señor.
Estos ángeles -sin alas- manifiestan su presencia, muy cerca de nosotros; sólo tenemos que escuchar y responder a sus gestos de amor y de fe verdadera.
ACERCA DE NICOLE FAUCHER
Nicole tiene formación en comunicación por la UQÀM, que ha puesto al servicio del mundo empresarial. Entre otras funciones, fue jefa de producción del periódico Les Affaires, responsable de la organización de visitas industriales y coeditora de La Coulée, el periódico interno de los 5 mil empleados de la empresa siderúrgica estatal Sidbec-Dosco. También ocupó el cargo de coeditora y directora general de la revista de negocios MBA. Su pasión por las artes es notable. Como pintora, ha expuesto numerosas obras en Quebec y en el extranjero.
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