Foto tomada durante la primera Olla Solidaria (8 de marzo de 2025)
Desde 2015, Venezuela atraviesa una crisis económica, política y social sin precedentes, con consecuencias dramáticas para su población. Según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de la mitad de la población vive ahora en la pobreza extrema, lo que dificulta su acceso a una alimentación adecuada.
En junio de 2024, fui nombrado párroco de la parroquia de los Santos Apóstoles en Lagunetica, en la diócesis de Los Teques, en el estado de Miranda en Venezuela. Desde mi llegada, he comprobado las dificultades cotidianas a las que se enfrentan los progenitores, sobre todo en lo que respecta a su capacidad para proporcionar una alimentación adecuada y equilibrada para ellos y sus hijos. El país está en recesión económica, y los productos básicos escasean constantemente en las tiendas de comestibles.
En la parroquia, 150 familias tienen dificultades para alimentarse adecuadamente. La desnutrición, sobre todo de niños y ancianos, sigue siendo una preocupación constante y preocupante. Cada día, familias enteras luchan por sobrevivir, a menudo obligadas a trabajar por poco dinero en un contexto de elevado desempleo. Además, la inflación es galopante y los precios de los medicamentos, los alimentos y los servicios básicos, como el agua y el gas, no dejan de subir. Esta situación afecta especialmente a las poblaciones más vulnerables.
La Olla Solidaria
Así que, junto con los miembros del grupo de laicos de los Santos Apóstoles, empezamos a planear una forma de ayudar a las familias de la parroquia. El resultado es el proyecto «Olla Solidaria», cuyo objetivo es crear una cocina comunitaria que funcionará inicialmente una vez al mes a lo largo de 2025.
Para impulsar este proyecto piloto, la Fundación Padre Ménard contribuirá con la compra de proteínas animales (aves de corral, ternera y pescado) necesarias para preparar comidas nutritivas. Está previsto aumentar la frecuencia de preparación y distribución de las comidas, pero la parroquia no dispone actualmente de recursos financieros para ello.
Para resolver este problema, la Fundación propuso, en una segunda fase de este proyecto piloto, explorar la oportunidad de construir un gallinero que albergara gallinas ponedoras (para obtener huevos frescos) y gallinas reproductoras ( para obtener carne).
El grupo de voluntarios tiene acceso a una cocina totalmente equipada, que incluye cocina, horno, frigorífico, un fregadero grande y una gran mesa de trabajo. Este espacio, que forma parte de las instalaciones de la escuela parroquial, puede acoger a varias personas al mismo tiempo, lo que proporciona un entorno ideal para preparar comidas.
“Cocinar para los demás me llena de alegría. Sé que con este pequeño gesto estamos marcando una gran diferencia en la vida de muchas familias”, comparte la Sra. María Abreu, miembro del grupo de laicos comprometidos de la parroquia.
Estimados benefactores, su apoyo es esencial para que podamos continuar con este proyecto. Cada donación nos permitirá inyectar un poco de alegría y optimismo en nuestra comunidad. Les expreso de antemano mi gratitud y les envío mis bendiciones en nombre de Jesús y de María.
ACERCA DE VICTOR SALAZAR
Víctor es sacerdote en la comunidad de los Misioneros de los Santos Apóstoles, responsable del proyecto y párroco de la parroquia de los Santos Apóstoles en Lagunetica, Venezuela.
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